Se limpian las sardinas que sea de tamaño pequeño y se colocan en una olla ancha.
Se rocian con vinagre, aceite, sal, un pelin de orégano (muy poco o nada), unas hojas de laurel cortadas a trocitos, unos granitos de pimienta, y unos dientes de ajo enteros y pelados.
Se pone otra capa de sardinas y otra vez se le pone lo mismo.
Así hasta terminar las sardinas. Se le añade un poco de agua y se deja hervir a fuego lento hasta que se consuma el agua.
Se sacan. Se quedan duritas, así que no se deshacen al sacarlas, se deja enfriar y !a comer!.
Estan muy buenas frias y duran un par de dias. Para aperitivos es fenomenal.
viernes, 22 de enero de 2010
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