Hoy he ido a reponer existencias y me he traído una bandejita de alitas de pollo. Aquí nos gustan más que los muslos o la pechuga.
En una sartén los he frito sin tostarlos mucho, a fuego lento que se hagan bien por dentro. Salados un poco.
En otra he partido una cebolla mediana y dos dientes de ajo en juliana y un poco de peregil fresco. Se añade muy poco aceite y se deja hasta que la cebolla pierda el orgullo.
Se sacan las alitas, se escurren de aceite y se añaden a la sartén con la cebolla. Se rocían de jengibre molido generosamente.
Se mueven y se le añade un vaso de vino blanco pequeño y un poco de colorante.
Se dejan hervir un rato. Y se le pone agua para que termine de hervir y se deja hasta que la carne esté tierna. Esto se pone tierno ensegida.
Y por último he puesto una poca de harina tostada en una poca de agua, he disuelto y añadido para espesar la salsa. He rectificado de sal porque estaban demasiado sosas y listo.
jueves, 21 de enero de 2010
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